TRATAMIENTO DEL HOMBRO CONGELADO

El hombro congelado, también conocido como capsulitis del hombro, es una afección que se caracteriza por un dolor intenso en el hombro y una disminución significativa en su rango de movimiento. Esta condición se produce debido a la inflamación y el engrosamiento de la cápsula articular, lo que resulta en la adherencia de los tejidos en la articulación del hombro. Afecta a un 2% de la población, con más prevalencia entre los 40-65 años, y afectando más a las mujeres.

Para curar el hombro congelado, es importante considerar una serie de enfoques y tratamientos que pueden aliviar los síntomas y mejorar la función del hombro. A continuación, se describen algunas estrategias comunes para tratar esta afección:

Fisioterapia: Es un pilar fundamental en el tratamiento del hombro congelado. Los fisioterapeutas diseñan programas de ejercicios específicos para estirar y fortalecer los músculos que rodean el hombro. Estos ejercicios ayudan a mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez. Otras terapias conservadoras que pueden ayudar a la recuperación de un hombro congelado son:
1. Radiofrecuencia INDIBA (o cualquier otro tipo de tecarterapia): La terapia INDIBA puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea local, lo que puede favorecer la reducción de la inflamación y la mejora de la flexibilidad articular.
2. Terapia manual: La terapia manual ortopédica, especialmente tracciones, es muy útil para ganar rango de movilidad.
Hombro congelado y ejercicios en casa: Además de los ejercicios realizados en fisioterapia, es importante seguir un programa de ejercicios en casa. Un preparador físico puede asignarte un programa de ejercicios personalizado según la fase de la lesión en la que te encuentres.
Medicamentos: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) se utilizan para reducir la inflamación y aliviar el dolor asociado con el hombro congelado. En casos más severos, pueden administrarse inyecciones de corticosteroides directamente en la articulación para reducir la inflamación.
Terapia de calor y frío: La aplicación de calor o frío en la zona afectada puede ser útil para proporcionar alivio temporal. El calor ayuda a relajar los músculos y aumenta el flujo sanguíneo, mientras que el frío puede reducir la inflamación y el dolor.
Movilización pasiva del hombro congelado: En situaciones más graves, un fisioterapeuta puede realizar procedimientos de movilización pasiva, aplicando una fuerza controlada para liberar las adherencias en la cápsula articular y mejorar el rango de movimiento.
Descanso: En las etapas iniciales, es importante descansar el hombro y evitar actividades que puedan agravar los síntomas. A medida que mejora la movilidad, se pueden reintroducir gradualmente las actividades cotidianas.
Ergonomía: Mantener una postura adecuada y evitar movimientos bruscos es esencial para prevenir recaídas.
Cirugía (en casos graves): En casos excepcionales, cuando los tratamientos conservadores no son efectivos y el hombro congelado persiste durante un largo período de tiempo, se puede considerar la cirugía para liberar las adherencias en la cápsula articular.

Es importante tener en cuenta que el tratamiento del hombro congelado varía según las necesidades individuales y la gravedad de la afección. Se recomienda buscar atención médica y trabajar en colaboración con un fisioterapeuta para determinar el mejor enfoque de tratamiento.

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¿Qué es el hombro congelado?

El hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una afección médica que afecta la articulación del hombro. Se caracteriza por la inflamación y el endurecimiento de la cápsula articular que rodea la articulación del hombro.

Esta condición causa dolor intenso y una reducción significativa en la amplitud de movimiento del hombro. Los pacientes con hombro congelado experimentan dificultad para levantar el brazo, moverlo hacia los lados o realizar movimientos rotatorios.

Fases del hombro congelado

La afección suele desarrollarse en etapas y puede durar varios meses o incluso años. Se ha observado que el hombro congelado tiende a progresar a través de tres fases, aunque no siempre se alcanzan las tres:

Fase inflamatoria, dolorosa o de congelamiento: En esta etapa inicial, el paciente experimenta dolor en el hombro y la inflamación de la cápsula articular. El dolor generalmente empeora por la noche y afecta la calidad del sueño. Suele durar entre 6 y 9 semanas.
Fase adhesiva o congelado: Durante esta fase, la movilidad del hombro se reduce significativamente. Los pacientes tienen dificultad para mover el brazo y realizar actividades cotidianas. Suele durar entre 4 y 6 meses.
Fase de descongelación: En esta etapa, la cápsula articular comienza a relajarse gradualmente y la amplitud de movimiento del hombro mejora con el tiempo. Aunque la recuperación puede ser lenta, la mayoría de las personas finalmente recuperan la mayoría de sus movimientos normales del hombro. Esta fase dura entre 6 meses y 2 años, habitualmente.

El tratamiento del hombro congelado generalmente incluye fisioterapia, ejercicios de estiramiento, antiinflamatorios y, en algunos casos, inyecciones de corticosteroides para reducir la inflamación y el dolor.

En casos graves o resistentes al tratamiento, se pueden considerar procedimientos médicos, como la manipulación bajo anestesia o la liberación artroscópica de la cápsula para mejorar la movilidad del hombro.

Causas del hombro congelado

Aunque la causa del hombro congelado no siempre es clara, hay varios factores que pueden contribuir al desarrollo de esta condición. Algunas de las posibles causas incluyen:

Inmovilización prolongada: La falta de movimiento en el hombro debido a una lesión, cirugía o cualquier otra razón puede llevar al desarrollo de tejido cicatricial en la articulación del hombro, lo que causa rigidez y limitación del movimiento.
Inflamación: La inflamación en la articulación del hombro puede desencadenar una respuesta de cicatrización excesiva, lo que puede llevar a la formación de adhesiones en la cápsula articular del hombro.
Lesiones: Lesiones en el hombro, como fracturas, dislocaciones o esguinces, pueden aumentar el riesgo de desarrollar hombro congelado.
Diabetes: Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar hombro congelado, aunque no se comprende completamente la relación entre ambas condiciones.
Enfermedades autoinmunes: Algunas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, pueden afectar la articulación del hombro y contribuir al desarrollo de la capsulitis adhesiva del hombro.
Factores genéticos: Existe evidencia de que la predisposición genética puede desempeñar un papel en el desarrollo del hombro congelado.
Cirugía de mama: Las cirugías de mama, en particular las que involucran la extirpación de ganglios linfáticos, pueden aumentar el riesgo de desarrollar hombro congelado.
Otros factores médicos: Otras condiciones médicas, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades tiroideas, también pueden aumentar el riesgo de hombro congelado.

El diagnóstico y tratamiento tempranos son importantes para minimizar la discapacidad y restaurar la función del hombro.

Hombro congelado: causas emocionales

Si bien factores emocionales, como el estrés y la ansiedad, pueden influir en la percepción y la intensidad del dolor, no se ha establecido una relación directa entre las causas emocionales y el desarrollo del hombro congelado. La mayoría de las investigaciones se centran en factores físicos, como lesiones o inflamación, como las principales causas de esta afección.

Sin embargo, el estrés y la ansiedad pueden aumentar la percepción del dolor en general y afectar la forma en que una persona afronta y gestiona una condición médica, lo que puede llevar a una mayor tensión muscular y a una disminución de la movilidad.

Si bien no se considera una causa directa de esta condición, es importante abordar tanto los factores físicos como los emocionales cuando se trata el síndrome de hombro congelado.

Capsulitis del hombro: tiempo de baja

En general, el tiempo de baja laboral debido a una capsulitis de hombro puede variar desde unas semanas hasta varios meses, dependiendo de la gravedad de la afección y la respuesta al tratamiento.

Cada caso es único, por lo que es esencial abordar estas cuestiones con un profesional de la salud para garantizar una recuperación segura y efectiva. Si quieres que nos pongamos en contacto con un plan de tratamiento personalizado totalmente GRATIS, rellena el formulario contándonos tu caso y un especialista te escribirá lo antes posible.

Hombro congelado, ¿qué no hacer?

En caso de hombro congelado o capsulitis adhesiva del hombro, hay algunas actividades y movimientos que generalmente se desaconsejan para evitar empeorar los síntomas y retrasar la recuperación. Aquí hay algunas cosas que se deben evitar:

Movimientos bruscos o forzados: Evita movimientos bruscos o forzados del hombro que puedan aumentar el dolor o la rigidez. Esto incluye levantar objetos pesados, lanzar o realizar movimientos excesivamente intensos con el brazo afectado.
Cargar peso: Evita cargar objetos pesados con el brazo afectado. Cualquier actividad que ponga una tensión significativa en el hombro debe ser evitada.
Dormir del lado afectado: Si el hombro congelado es en el hombro derecho, intenta no dormir sobre el lado derecho, y viceversa. Dormir sobre el hombro afectado puede aumentar la incomodidad y el dolor.
Posturas incómodas: Evita posturas que ejerzan presión o tensión en el hombro congelado, como mantener el brazo levantado o detrás de la espalda durante mucho tiempo.
Actividades deportivas intensas: Deberías evitar deportes o actividades físicas intensas que requieran un uso excesivo del hombro. En su lugar, elige actividades de bajo impacto o ejercicios recomendados por un fisioterapeuta.
Inmovilidad excesiva: Aunque es importante no forzar el hombro, no mantenerlo completamente inmovilizado durante demasiado tiempo. La fisioterapia y los ejercicios específicos son fundamentales para restaurar la movilidad del hombro.
Autoestiramientos excesivos: Evita realizar estiramientos intensos del hombro por tu cuenta, ya que esto podría agravar la lesión. Los estiramientos deben realizarse bajo la supervisión de un fisioterapeuta.
Ignorar el tratamiento: No ignores el tratamiento recomendado por un médico o fisioterapeuta. La falta de tratamiento o la no adherencia a las pautas de rehabilitación pueden prolongar la recuperación.

Es fundamental seguir las recomendaciones de tu fisio para el manejo de la capsulitis adhesiva. Solo con una valoración profesional podrás obtener una guía específica sobre qué evitar y qué hacer para acelerar tu recuperación.