La artrosis de rodilla o gonartrosis es un desgaste del cartílago de la articulación de la rodilla que empeora progresivamente, si no se trata. Es una condición clínica frecuente con la que generalmente nos enfrentamos sin una sistematización adecuada. ¡Te lo cuenta un fisio!
¿Qué causa la artrosis de rodilla?
Los huesos que constituyen la rodilla (fémur, rótula/patela y tibia), cuentan con un tejido flexible y resistente que los recubre en las porciones donde hacen contacto entre sí. Este tejido, conocido como cartílago articular o hialino, se encarga de amortiguar la sobrecarga de peso sobre los huesos e impide que se froten directamente uno contra el otro.
Cuando este tejido cartilaginoso se deteriora gradualmente y ocasiona dolor de rodilla, se produce la patología que conocemos como artritis de rodilla.
La gonartrosis es una enfermedad articular que causa procesos degenerativos progresivos e indetenibles en una serie de fases:
Inicialmente afectan al cartílago: más fino, inestable y menos resistente a la presión.
Progresivamente, se ven afectados todos los demás componentes articulares de la rodilla (huesos, ligamentos, cápsula articular).
En consecuencia, aparecen, el dolor, la rigidez, la deformidad y la pérdida de funcionalidad de la rodilla.
¿De dónde viene el dolor de rodilla por artrosis?
El dolor de rodilla relacionado con el deterioro y a la degeneración del tejido cartilaginoso articular (es decir, la artrosis) no proviene del cartílago en sí, que es avascular y no posee inervación nerviosa.
Las posibles causas de dolor de rodilla están relacionadas al daño de los demás componentes articulares:
Edema óseo del hueso subcondral.
Formación de osteofitos, sinovitis e inflamación articular.
Engrosamiento de la cápsula.
Fibrosis capsular.
Contractura y debilidad muscular.
Tipos de artrosis de rodilla
Se consideran tres tipos de artrosis:
Artrosis de causa inflamatoria: el resultado de un proceso inflamatorio degenerativo, artrosis, o consecuente a una artritis inflamatoria o infecciosa, en la que la lesión del hueso subcondral es la más importante.
Artrosis postraumática: el resultado de traumas que afectan a la superficie articular, como las fracturas, y osteocondritis, en la que el cartílago es el más afectado.
Artrosis mecánica: el resultado de desviaciones del eje o inestabilidades articulares en las que el hueso subcondral y el cartílago se ven afectados.
En las rodillas, y probablemente en otras articulaciones, como los hombros, existe un tipo de artrosis que resulta de la evolución de un desequilibrio muscular que conduce a una artrosis mecánica, con características muy claras. En la rodilla, la artrosis es la que compromete el compartimento, determinando una deformidad en varo.
Artrosis primaria y secundaria
La artrosis puede clasificarse según los factores que la causan:
La artrosis primaria tiende a ser hereditaria. Se produce en una articulación anteriormente sana, sin que ningún suceso particular pueda explicar la enfermedad.
La artrosis secundaria se puede deber a:
Sobrepeso (que aumenta el riesgo en las articulaciones de la cadera, la rodilla, el tobillo y el pie).
Fracturas u otras lesiones articulares.
Deformidades congénitas de la articulación.
Posibles traumas de repetición por sobrecarga localizada prolongada en el trabajo o en los deportes.
Otras afecciones que pueden llevar a artrosis:
Trastornos hemorrágicos como la hemofilia.
Necrosis avascular.
Secuelas de las enfermedades reumáticas o fracturas.
Artrosis de rodilla: síntomas
Hay varios síntomas de artrosis de rodilla que indican que podrías padecerla. No siempre se manifiestan todos ni en los mismos momentos, pero en general puedes asumir que quizás sea artrosis si sientes:
Dolor y rigidez en la articulación de la rodilla, los síntomas más comunes. Las molestias con frecuencia empeoran después del ejercicio y al poner peso o ejercer presión sobre la articulación, como por ejemplo al subir escaleras, cargar objetos o transportar las bolsas de la compra.
Articulaciones rígidas y más difíciles de mover con el tiempo. Disminuye progresivamente el rango de movimiento de la rodilla. Se puede notar un sonido de fricción, chirriante o crujiente al mover la articulación. Aparecen signos de inflamación de la rodilla, como hinchazón y sobrecalentamiento de la zona.
“Rigidez matutina", que se refiere al dolor y la rigidez que las personas con artrosis sienten al despertar por la mañana o tras pasar mucho tiempo sentadas. La inflexibilidad suele durar 30 minutos o menos, y mejora con la actividad leve.
Durante el día, el dolor empeora con la actividad y mejora con el descanso. Después de un rato, el dolor permanece durante el descanso o incluso durante el sueño.
Las rodillas generan molestia en climas húmedos y fríos.
Ejercicios para el dolor de la rodilla
Los ejercicios isométricos son muy beneficiosos para paliar los síntomas de la artrosis de rodilla. Nuestra compañera Ana se ha ofrecido a escenificar algunos en vídeo:
El primer paso es un ejercicio extensor de rodilla. Siéntate con las piernas estiradas, coloca algo mullido bajo la rodilla afectada e intenta levantar el pie del suelo (en este caso, de la camilla) durante 15 repeticiones.
Ahora túmbate, flexiona las piernas y coloca una pelota entre tus rodillas. Vas a hacer lo que se conoce como un ejercicio flexor de rodilla. Manteniendo esa posición tan digna, levanta la pelvis del suelo durante 15 repeticiones.
Ya puedes bajar la pelvis, pero no sueltes la pelota. Viene un ejercicio aductor de cadera en el que presionarás las rodillas contra el objeto mullido que estés sosteniendo entre ellas. La pelota. Un cojín, si es demasiado firme. Busca tu comodidad, porque tendrás que hacerlo otras 15 veces.
Finalmente, otro ejercicio que te vendrá muy bien es la sentadilla isométrica. La pesadilla que todos vivimos en educación física. Es como una sentadilla pero más larga, de unos 20 segundos, que además de trabajar los cuádriceps sirve para aliviar el mal que te aqueja.
Puedes repetir esta serie tantas veces como te lo pida el cuerpo, y deberías notar alivio de manera progresiva.
Otras formas de ejercicio que ayudan a paliar los síntomas son pedalear en una bicicleta (estática o dinámica, digital o analógica), andar en pasarelas (agarrarse a la barandilla disminuye el peso que soporta la pierna), Aquajogging o nadar a crol con una temperatura del agua mayor de 30º.
Podemos tratar el dolor de la artrosis de rodilla con fisioterapia.
Ponte en contacto con nosotros para solicitar información o pide cita con uno de nuestros especialistas.
Artrosis de rodilla: ¿tiene cura?
La artrosis de rodilla no tiene cura, pero algunas recomendaciones pueden ayudar a evitar que empeoren los síntomas:
Tras estar sentado durante mucho tiempo, como conduciendo, viendo alguna película o en la oficina, conviene ayudarse de los brazos para levantar el cuerpo. Así, las rodillas sufren menos compresión y esfuerzo.
Se debe intentar estirar las piernas mientras se está sentado
Lo ideal sería sentarnos 5-10 minutos por cada hora que pasemos de pie.
El calzado debe tener una sujeción lo bastante firme. Para proteger las rodillas, la mejor inclinación de zapatilla (lo que llamamos el “drop”) siempre será 0. Es decir, zapatilla plana, sin talón. Debemos revisar también que la huella de los talones no está más desgastada por un lado que por el otro.
No se debe cargar mucho peso. El peso que transportamos no lo cargan solamente nuestros brazos y torso: las piernas son las encargadas de sujetarlo lejos del suelo.
Nuestro peso también influye. A menos peso, menos trabajo tendrán que hacer las rodillas, y las piernas sufrirán menos.
Conviene el uso de bastón en el lado sano. Siempre y cuando no suponga un esfuerzo físico o psico-social, es muy útil: puede restar hasta el 30% el peso que cae sobre la rodilla.
A la hora de subir y bajar escaleras, recomendamos hacerlo lentamente y manteniendo el apoyo en las barandillas.
Tratamiento de artrosis de rodilla
Existen varias formas de tratar los síntomas de la artrosis de rodilla:
El tratamiento inicial para la artritis de rodilla se basa en la medicación como los AINES (Anti-Inflamatorios No Esteroideos, como paracetamol o ibuprofeno) y los analgésicos.
En fases más iniciales, el uso de condro-protectores puede producir los mismos efectos.
La adopción de un estilo de vida saludable puede prevenir o retrasar su aparición.
En determinadas fases y localizaciones se ha propuesto el uso de ortesis para descargar la articulación de la rodilla.
La fisioterapia para osteoartritis puede ser adecuada para el manejo de determinados síntomas.
Las terapias biológicas como el ácido hialurónico, los factores de crecimiento o las células madre serán los tratamientos del futuro. Hoy por hoy, el tratamiento más común en las fases avanzadas es la cirugía, que permite sustituir la articulación por una prótesis.
¡Por cierto! Si quieres, puedes crearte un perfil en nuestra app de forma totalmente gratuita. Ahí podrás consultarnos tus dudas vía chat y solicitar que te asignemos planes de entrenamiento o nutrición.
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